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7 consejos para largas caminatas

Caminar más de dos o tres horas está al alcance de casi todo el mundo, pero eso no significa que siempre vaya a resultar fácil o agradable. Nuestro especialista en técnica y material nos ha chivado sus siete consejos fáciles pero terriblemente eficaces para sobrevivir a las largas caminatas.

Cualquier persona que haya caminado más de ocho o nueve kilómetros por la naturaleza sabrá que la recompensa vale siempre la pena, pero que aparecen imprevistos y molestias durante esa actividad. Mis siete consejos útiles en esas largas excursiones son:

1) Para los pies: prueba a colocar tiras de esparadrapo en tu talón, dedo meñique y gordo. Coloca el calcetín encima. Prevendrás la mayoría de las ampollas, aun así llévate apósitos de Compeed para poder continuar la marcha por si aparecen repentinamente.

2) Con tus botas: si por alguna razón las notas demasiado justas (por ejemplo porque se te hayan hinchado los pies por el calor) retira las plantillas del interior y camina sin ellas. El calzado amortiguará algo menos, pero habrás ganado medio número más en la horma. Reponlas en cuanto el calzado te apriete menos.


3) Con tu pantalón: ojo a las etiquetas internas de las cinturas. La parte inferior de la mochila aplasta y desplaza esas etiquetas sobre una zona muy delicada de tu piel. Córtalas en casa antes de salir. En marchas largas y con calor o de varios días, no es imposible sufrir rozaduras en ingles o muslos, necesitarás una crema balsámica sin parabenes para disminuir la fricción y curar la piel irritada.

4) Con tu mochila y si eres mujer: te puede interesar intercalar una camiseta o jersey de forro polar fino atado a la cintura, entre la parte inferior de la espalda de la mochila y tú. Mejorará el acolchado del cojín lumbar y se te clavará bastante menos cuando transites por terreno irregular o o si simplemente vas muy cargada.

5) Con el horario: en primavera-verano las horas de luz son muchas pero no podrás caminar toda la jornada. De esas trece horas debes hacer paradas breves de descanso (de 5 a 10 minutos) cada hora-hora y media de marcha. Ojo entre las dos y las cuatro y media si el itinerario discurre al sol, con temperaturas que rozan o superan los 30 grados es mejor detenerse a comer, descansar, echarse una siesta o leer. No tomarse en serio la posibilidad de un golpe de calor o hipertermia puede conducir a una muerte casi fulminante.


6) Para no pasar sed: conviene consultar antes los puntos de aprovisionamiento de agua (fuentes y bares/tiendas de pueblos) porque pocas veces resulta imprescindible o práctico cargar con todo el agua que puedes necesitar durante dos o tres días. Una buena manera de no “quedarse tirado” es calcular un mínimo de 2-3 litros de agua por cada jornada calurosa e incluir pastillas potabilizadoras tipo Micropur Forte o similar para poder aprovechar hasta el agua de cualquier pequeño arroyo dudoso.

7) Para no sufrir más de la cuenta: calcula generosamente los tiempos de marcha incrementado entre un 50 y un cien por 100 los indicados en la guía. Recuerda que no suelen incluir paradas de descanso. Un ritmo de 4 kilómetros por hora en los tramos de llaneo y de 2-3 kilómetros/hora para las partes en cuesta es una referencia tranquila y realista para no acabar odiando la actividad.


Fuente: http://www.revistaoxigeno.es/tecnica/consejos-tecnica/articulo/consejos-caminatas#



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